TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON/SIN HIPERACIVIDAD Y SUS IMPLICACIONES EN EL APRENDIZAJE, LA CONDUCTA Y EN EL ESTADO EMOCIONAL. (José Ramón Gamo) (31/01/2013)

[fusion_builder_container background_color=»» background_image=»» background_parallax=»none» parallax_speed=»0.3″ enable_mobile=»no» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_webm=»» video_mp4=»» video_ogv=»» video_preview_image=»» overlay_color=»» overlay_opacity=»0.5″ video_mute=»yes» video_loop=»yes» fade=»no» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding_top=»20″ padding_bottom=»20″ padding_left=»0″ padding_right=»0″ hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» hide_on_mobile=»no» menu_anchor=»» class=»» id=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_title size=»2″ content_align=»left» style_type=»double solid» sep_color=»» class=»» id=»»]TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON/SIN HIPERACIVIDAD Y SUS IMPLICACIONES EN EL APRENDIZAJE, LA CONDUCTA Y EN EL ESTADO EMOCIONAL. (José Ramón Gamo) (31/01/2013)[/fusion_title][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»no» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]Pensamos que los niños hiperactivos son niños muy inquietos y distraídos. Sin embargo, solo el 20% de los niños hiperactivos son inquietos físicamente: son los llamados hiperactivos de predominio impulsivo. Esta hiperkinesia es la que da nombre al trastorno y realmente no da problema a estos chavales pues esta inquietud motora suele empezar a remitir a partir de los 7 años focalizándose, es decir, queda un movimiento repetitivo con la pierna, un chasquido de dedos recurrente, …

Los niveles de activación neurológica suben o bajan dependiendo de la motivación: cuando no hay estímulos, el cerebro de estos niños no mantiene el estado de alerta y necesita activarse para despabilarse: es cuando empiezan “a moverse”. Es como cuando nos aburrimos: o nos dormimos o empezamos a movernos para activar el cerebro.[/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»yes» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]Un niño hiperactivo es hiperkinético cuando la actividad neuronal baja y tiene que moverse para despabilarse (por ejemplo, con los deberes rutinarios). Sin embargo, cuando la actividad neuronal se activa (por ejemplo, cuando ven la T.V.) son capaces de permanecer concentrados durante mucho tiempo.

El resto de los síntomas del trastorno (déficit atencional, impulsividad) se pueden ver también en casi todos los niños porque el ambiente, el contexto cultural en el que vivimos, no activa el lóbulo frontal, teniendo muy frágiles las funciones de dicho lóbulo, expresándose con los síntomas propios de los niños con hiperactividad. Es un problema educacional por lo que cada vez más los chicos se van a parecer a la población del TDAH. Sin embargo, realmente los hiperactivos son el 7% de la población infantil. [/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_title size=»3″ content_align=»left» style_type=»double solid» sep_color=»» class=»» id=»»]El cerebro[/fusion_title][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»no» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]La parte baja posterior es el cerebro “emocional”, el sistema límbico, en donde se procesan las emociones y, además, suelen ser inconscientes. No se hacen conscientes hasta que tenemos la emoción definida, es decir, hasta que se convierten en sentimiento.
Y no las podemos controlar. Lo que sí podemos controlar es lo que hacemos con las emociones, es decir, cómo las gestionamos.
Ejemplo:
o Emoción: estoy enfadado
o Gestión: le mando al cuarto, le grito, le castigo con … [/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»yes» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]El cerebro “cognitivo”, es en donde se hacen las operaciones mentales (lo que miden los tests). Y es donde surgen las ideas, es decir, las posibilidades que se abren para responder a las demandas de mis emociones. Por ejemplo: “me hago pis: ve al baño”, “ tengo hambre: come algo”.
Pero también, además de responder a mis demandas internas, me da ideas para responder a las demandas del ambiente. Por ejemplo: quiero abrir una puerta atascada y pienso/pruebo las

maneras de poder abrirla. También, me da ideas para planificar el futuro: quiero ir a la playa y voy organizando las cosas necesarias. [/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»no» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]El cerebro “frontal” o director de orquesta. Cuando no lo teníamos éramos australopitecos y cuando aparece somos homo sapiens. Es el cerebro moderno. ¿Y cómo actúa? Veamos la secuencia en un cerebro normativo y la secuencia en un cerebro TDAH:

Cerebro normativo.
“Tengo hambre”. Este deseo hace que el cerebro cognitivo maneje ideas para dar salida al apetito. Algunas ideas las descarta directamente mientras que las que quedan las tiene ahora que gestionar el lóbulo frontal para ver cuáles proceden y cuáles no.
El siguiente paso que da, es hacer una autorregulación emocional: “pienso que primero debo preparar la mesa, hacer la cena en condiciones y, media hora después, sentarme a cenar. Es decir, que soy capaz de regular mi emoción, aplazar mi deseo.
Esta autorregulación me permite organizarme, planificarme y tener una meta. Por ejemplo: hacer tortilla de patatas. Primero miro lo que necesito, organizo el orden de la ejecución, el tiempo que se tarda, preparo los ingredientes … Con esta organización automatizada puedo hasta hacer la tortilla pensando a la vez en un problema que tengo, por ejemplo, y terminarla sin haberme dado ni cuenta.
Después de la organización y planificación viene el inicio de la tarea: todas las funciones frontales están funcionando en red (perseverancia, voluntad, la capacidad de autocontrol del tiempo interno, concentración y la capacidad de autoevaluación). [/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_2″ last=»yes» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]Un niño con TDAH.
“Tengo hambre”. Surgen también las ideas en el cerebro cognitivo pero aquí ya se inicia la acción pues ya está comiendo un trozo de pan a la vez que ha abierto la nevera, y ha cogido un quesito a la vez que está calentando un vaso de leche. O sea que tiene un deseo, el cerebro cognitivo empieza a responder manejando posibilidades y el frontal aquí no se activa regulando estas posibilidades; no inhibe, no autorregula.
Y si no tiene ningún archivo previo de organización ni planificación, se pone a freír las patatas con la cebolla, va a la nevera a ver si hay huevos, … y no los hay: ellos inician la acción y luego se ponen a comprobar los datos.

Resumiendo: un niño con TDAH tiene un problema hardware, software y de wifi y, además, todo esto sucede en el “director de orquesta”, en el lóbulo frontal.
o De hardware: su lóbulo frontal tiene un retraso madurativo que corresponde a un 30% de su edad cronológica (si tiene 16 años emocionales, tiene 11 frontales).
o De software: las funciones ejecutivas rinden por debajo de la edad.
o De wifi: la liberación de la dopamina (neurotransmisor principal del lóbulo frontal) es carencial.
De cuáles son los síntomas emocionales y conductuales y de cómo se manifiestan en el contexto escolar y familiar, se pueden ver en la grabación que dicho encuentro tuvo lugar en nuestro colegio.
(Texto no revisado por su autor). [/fusion_text][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_button link=»https://www.youtube.com/watch?v=hYoL9H1E-PE» color=»blue» size=»large» type=»3d» shape=»round» target=»_blank» title=»» gradient_colors=»|» gradient_hover_colors=»|» accent_color=»» accent_hover_color=»» bevel_color=»» border_width=»4px» icon=»fa-youtube-play» icon_position=»left» icon_divider=»no» modal=»» animation_type=»0″ animation_direction=»left» animation_speed=»1″ alignment=»center» class=»» id=»»]pincha aqui para ver la conferencia de TDAH entera[/fusion_button][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.